Uno de los grandes retos de los profesionales en diferentes industrias es el realizar un presupuesto. Lo anterior aplica hasta para actividades del día a día de cualquier persona, como; presupuestar el mercado de su hogar, presupuestar las vacaciones, presupuestar una salida con amigos, etc.. Aunque normalmente lo que hacemos, es simplemente abordar estas actividades o gastar en estas actividades hasta el monto de dinero que tenemos, a menos que tengamos la tarjeta de crédito y el gasto puede ser mayor. Las personas realmente organizadas y responsables financieramente presupuestan, cuanto y cuando van a realizar “x” o “y” gasto. Esto último aplica de nuevo al entorno empresarial. Los Gerentes, Directores, Coordinadores y demás responsables de áreas, unidades de negocio, proyectos o de los activos de una compañía, deben realizar una presupuestación juiciosa y responsable.
Quienes están al frente de la infraestructura, de la imagen corporativa o de los activos de las empresas, deben realizar el presupuesto en función de dos grandes variables; 1) La continuidad del negocio y 2) El “valor” del activo.
La continuidad del negocio se refiere a como apoya o soporta el activo la operación de la empresa, y como estos activos están en funcionamiento cuando se les necesita. Para entenderlo mejor pensemos en una Planta de producción, en esta, los activos pueden ser la bodega u oficinas donde funcionan, la maquinaria y equipos que procesan o producen los productos, y muchos otros. Pero, para efectos de entender, si uno de los equipos al interior de la planta falla, y es una producción en serie y no hay un back up, la operación se detendrá, lo que significa menores volúmenes o cantidades de producción, menores ventas y menor margen. Eso no lo quiere ningún empresario.
Básicamente las variables preponderantes dentro de la continuidad del negocio pueden ser: Qué tan óptimo es su layout, la organización de todo respecto al espacio, o el uso eficiente del espacio, Sincronía de sus elementos; como los elementos funcionan de forma sistémica y Menores paros de funcionamiento.
El “valor” del activo, lo podemos pensar en términos inicialmente comerciales, pensemos en otro ejemplo, al pensar en un apartamento, podemos decir con certeza que al momento de una venta se pagará más por un apartamento en excelente estado que si el mismo apartamento estuviera en estado deteriorado, es así ,¿o no?. Lo mismo ocurre con un activo o inmueble de una empresa. Pero el “valor” del activo no solo tiene que ver con su valor comercial en el momento de venta, la mayoría de empresas conservan sus activos hasta que necesitan más espacio para mayor producción (en condiciones ideales). El “valor” del activo tiene que ver con el cómo me ven los clientes, que imagen reflejo, la imagen de la empresa, incluso de sus empleados es un reflejo de la calidad del producto que ofrecen. Y otra variable, no tan apreciada, es como me ven mis clientes internos, osea mis empleados, para ellos es el confort con el que cuentan, la comodidad con lo que trabajan, como se ven apreciados y valorados. Esto último es un intangible, pero, puedo garantizar que afecta de una u otra manera los resultados de las empresas.
Presupuestar es un “arte”, no lo digo yo, lo he escuchado cientos de veces y lo he vivido otros tantos. Pero, es una labor que se debe hacer con el mayor profesionalismo. Respecto al presupuesto de mantenimiento te invito a que te asesores de profesionales y empresas que entiendan por qué y cuándo se deben hacer las cosas de la forma más eficiente. Después de 15 años, en H&C Proyectos de ingeniería tenemos el conocimiento y método para ayudarte.
Carlos F. Riveros H.
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